A continuación un ejemplo de redacción de contenidos de Periodista Freelance para una empresa de turismo activo.
Anoche acontecía algo especial en el firmamento, por eso habíamos decidido hacer algo también especial. Antares Naturaleza y Aventura, empresa especializada en el turismo activo, ofertaba La noche de las Perseidas. Esta lluvia de estrellas corresponde anualmente al verano y sucede porque los meteoritos al entrar en contacto con la atmósfera de la Tierra, se incendian y parecen estrellas con cola de fuego. Eso es lo que ocurre alrededor del santoral de Lorenzo, mártir abrasado en el fuego cuyas lágrimas, se cuenta, cayeron los días siguientes de su muerte en forma de estrellas.
Esterilla, toalla, bañador, picnic, bebidas, ir vestidos de blanco…. Esas fueron las recomendaciones que recibimos para La noche de las Perseidas. Quedamos con la guía de la actividad (Aurora) en las Salinas de San Pedro del Pinatar, adonde llegaríamos a última hora de la tarde.
La visión de las aguas rosadas de las salinas, en contraste con el azul pálido del cielo nos sobrecogió. Era tan silencioso el entorno, tan cálidas las aguas, tan sigiloso el vuelo de los pájaros, que no parecía que estuviésemos en la costa mediterránea en pleno verano.
Caminamos por la playa de fina arena, todos de blanco, hasta que Aurora encontró el lugar perfecto para la visualización de la lluvia cósmica. Dispusimos nuestro campamento, extendimos las esterillas, encima pusimos las toallas y algunos procedieron a bañarse inmediatamente. El agua del mar estaba templada después de un día de calor. Oscurecía y la gente abandonaba la playa; nosotros al contrario, acabábamos de llegar. Los asistentes empezamos a charlar y a presentarnos.
Cuando la noche cayó plenamente sobre nosotros, Aurora nos explicó por qué se llamaba La noche de las Perseidas, “se llaman Perseidas porque radian desde la constelación de Perseo, allá –señaló al noreste- donde están Andrómeda y Pegaso. Al noroeste podéis ver el carro que conduce a la Estrella Polar, a su alrededor están las circunpolares, la Osa Menor, Perseo, Casiopea, Cefeo…. Encima tenemos El Cisne, más allá Antares, una estrella muchísimo más grande que nuestro sol, es la más luminosa y brillante de la constelación de Escorpio, que señala el sur en verano”. Y así continuó explicándonos con un rayo láser la situación de las estrellas y los planetas que se veían, Saturno y Marte, además de la mitología griega que procedía.
El espectáculo de la Naturaleza de la salida de la luna fue algo que quitaba el aliento. Una fascinante luna anaranjada emergió del horizonte marino con toda su fuerza y poder. Era enorme aquella luna, era algo magnífico, por un rato, nos quedamos sin palabras. Silenciosa y emanando energía, se elevó por encima del mundo y consiguió emocionarnos como en el pasado el ser humano se emocionaba con los misterios de la Naturaleza.
Quedamos allí, observando el firmamento, compartiendo lo que habíamos traído, ilusionados con ver la lluvia de estrellas. Vimos algunas lágrimas de San Lorenzo, desde Perseo, tal como Aurora nos había dicho. No queríamos que pasara el tiempo, queríamos quedarnos allí conectados con el cosmos, invadidos por nuestra pequeñez comparada con la mega dimensión del Universo.