Artículo publicado en Ideas Clave Magazine
A sus sesenta y nueve años Peter Watson ni se inmuta al hacer una declaración así. Este inglés, nacido en Birmingham, es uno de los historiadores e intelectuales más importantes de nuestro tiempo. Es de los mejores especialistas en arte del mundo, ha pasado muchos años dedicándose a éste y al periodismo, y es, además, autor de obras literarias de gran relevancia como Historia intelectual del siglo XX e Ideas. Historia intelectual de la humanidad, ambas publicadas por Crítica.
Entre sus impactantes y polémicas declaraciones podemos encontrar aseveraciones como las que hizo en The Guardian:El año 2005 no puede competir con 1905 en términos de innovaciones importantes. Este pensamiento choca con la idea generalizada de que vivimos en un mundo en el que todo cambia rápida y constantemente; nada más lejos de la realidad para Watson, para quien dejando a un lado los descubrimientos de las nuevas formas de energía no hay nada de novedoso en el siglo XX.
En su libro Ideas. Historia intelectual de la humanidad, el autor afirma que vivimos un periodo de consolidación, no de cambio. Y si reflexionamos sobre esto, observamos que la cadena de aparatos es interminable aunque, en definitiva, hay poca variación; véase el ejemplo de los teléfonos, los coches o la televisión cuyos millones de canales él resume en cinco categorías: deportes, política, noticias, pornografía y ficción. Con la misma elegancia desmonta el mito de que es la democracia lo que hace avanzar a las sociedades. Desde su punto de vista, es el laicismo, la separación de la religión y el Estado, lo que es fundamental para el desarrollo de una sociedad.
Este intelectual inglés predice o apunta hechos que se oponen al pensamiento generalizado, como la vuelta a la religión. Nada más lejos de gran parte de la sociedad occidental que la cuestión sobre Dios o el espíritu. Sin embargo Watson, siguiendo lo que dijo Max Weber, subraya que para las personas religiosas sus valores provienen de Dios pero si no lo son deben establecer sus propios valores dictados en muchos casos por el egoísmo. Así explica su impresión de que nos estemos olvidando de los pobres, porque estamos mucho más ocupados buscando diversión. Este historiador sacude con sus declaraciones, como cuando en una conferencia ofrecida en la Faculta de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid afirmó que ésta es una disciplina sin utilidad dado que en su opinión la mayoría de los procesos son realmente físicos y no hay nada psicológico en ellos.
El arte, reducido a novedad y dinero
Una de sus aseveraciones más radicales ha sido con respecto al arte, del que dice que murió con Andy Warhol. Para Watson el arte se ha convertido en pura novedad, no tiene más significado a parte de ser meramente algo nuevo. Enlaza este hecho con la abundancia de dinero líquido en el mundo en el siglo XX, lo que ha provocado que todo sea más caro, especialmente el arte, quedando así despojado de su esencia crítica, bella y divina.
Sin duda las reflexiones de Peter Watson desasosiegan a muchos; su intención es la de provocar un movimiento sísmico en la base de esas cuestiones que dábamos por seguras, hacernos pensar con él y no dejarnos anular por esa tecnología repetitiva y esos mismos cinco canales de televisión.