El periodista


watchdog-337x475El periodista, ese ser en grave peligro de extinción o, lo que es peor, de sustitución por comadrejas parlanchinas y trepas. Para algunos periodistas, engañar a la gente es el pan de cada día, si no estuviesen ellos dispuestos a hacerlo, ¡otro gallo nos cantaría!

Los medios de comunicación, esa máquina de poder incalculable, han apostado, como no podía ser de otra manera, por la pasta, pisoteando su función más sagrada: informar a la gente de lo que le interesa para que pueda ejercer un control efectivo sobre aquellos individuos que la gobiernan.

En realidad, la función del periodista no es otra que la de watchdog, el perro guardián que vigila los actos, no los del pueblo sino los de las élites.

Ha pasado mucho tiempo desde que los periodistas han perdido su elevada tarea. El periodista de investigación solo existe en medios de comunicación que pueden permitírselo porque ingresan muchos euros por medio de la publicidad que contratan las empresas. Ya se cuidará de no morder la mano que le da de comer. ¿Dónde queda la trillada palabra objetividad, entonces?

En las peores pesadillas, se dibuja un mundo dominado por el poder económico, que paga generosamente para que la maquinaria de la comunicación coloque un embudo a la gente y le eche basura, a pesar de todo, ésta responde con dependencia y pseudo alegría. Son nuestros días.

El periodista cómplice de la artimaña, cobra sus cuatro duros y a seguir con la estrategia, pagar su hipoteca y dormir con la conciencia un poco removida pero nada más.

Escribo  «borregos viendo la tele» en un buscador y sale una imagen de Carmen Lomana.

(Imagen del libro The wachdog that didn´t bark de Dean Starkman)

Periodista Freelance Lydia González Zapata. Redacción de contenidos, redacción orientada SEO, traducción inglés y francés, gestión de redes sociales.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *